miércoles, 27 de mayo de 2015

Jericó

Desgastados los pies de estar quietos
que no saben ya dejar huella
quieren despegarse del suelo
y sentir que vuelan.

No me acompañó la canción
y me quedé cantando a capela
desafiné en cada nota
y me rompí hasta las cuerdas.

Esta tonta caída eterna
sólo quiero hacerla volando
y no ver el suelo de frente
ni que me acompañe el llanto.

Pienso mirar a las nubes
y en el vaivén de un silbido
caer como pluma mecida
sin pensar en destinos.

Y no habrá canciones
y no habrá poetas
tan sólo el sonido
de vientos y piedras.
Y no habrá pasado
y no habrá ni olvido
ni habrá esta canción
que el aire se lleva.

De Jericó hubo una rosa
que esquivaba los charcos
porque prefería estar seca.


martes, 19 de mayo de 2015

Lujuriosa cereza

- Muérdeme los labios y dime a qué te saben - susurró desnuda pasándose unas cerezas por la boca y chupándolas con lascivia.

Él se acercó, tomándola por la cintura, y de un mordisco se los arrancó dejando a la vista toda su mandíbula. Después sacó un pañuelo y le limpió con ternura la sangre que le brotaba por la barbilla.

Ella, sin tan siquiera intentar hablar, le observaba excitada masticarlos.

Él se los tragó y dijo - Supongo que así saben los labios del vecino pero sé que no volverá a ocurrir, ¿verdad, mi amor? -.


viernes, 1 de mayo de 2015

Sueños en papel mojado

 No hay calma si no hay llanto
y no hay llanto si no hay pena.

Vienen promesas gritando,
dejando ver su insolvencia,
junto con futuros pasados
tropezando en mismas piedras.

De papel nos queda un barco
escrito con una promesa
y confiamos ciegamente
no lo arrastre la tormenta.

Se acuestan las criaturas
soñando con días nuevos
pero cuando abren los ojos
ven nubes cubriendo el cielo.

Y mueren al amanecer los sueños
en esta tempestad que no cesa
porque es siempre lo prometido duda
y será siempre lo prometido deuda,
porque no hay pena que valga tanto
ni habrá tanto que valga la pena.